domingo, 11 de enero de 2009

Erase una vez Ucrania



Corría el año 1991. Ucrania, aún bajo yugo soviético, despertaba un 12 de Diciembre sintiéndose más libre que nunca. En un referendum, respaldado por el 90% de los electores, había votado por separarse de la Unión Soviética (lo que quedaba de ella). Ucrania se independizaba de Rusia. Comenzaba la historia independiente de un país con potencial para ello. Producía armamento pesado, satélites, aviones, energía eléctrica y era una gran fuente de recursos agropecuarios. Debido al recelo que sentía hacia Rusia, Ucrania se decantó por hacerle algunos guiños a Europa, la cual, no se negaba en absoluto. Rusia, a pesar del golpe a su economia, optó por mantener una política de cierta moderación ya que casi un 50% de sus exportaciones iban a Europa. Gracias a dichas exportaciones, Ucrania pudo crecer, en 1991, a ritmos de 6% su PIB real y al 12,7% su industria, entre otros.


Desde 1994 hasta 2004, el gobierno lo tomó Leonid Kuchma. Mas allá de toda buena intención de acercarse a Europa, en 1994, con la desaparición absoluta de la URSS y de la riqueza que generaba su "mercado interno", Ucrania vió contraerse su PIB en un 19%, y experimentado un severo caso de hiperinflación (un 493%). Varias de las mas grandes empresas del país estaban estatalizadas y la productividad era bajísima. Afortunadamente, no aprobó el plan de choque de recuperación, cierre masivo de las empresas publicas (la mayoría en numeros rojos), racionalización de la economía...

Todo estó, acompañado de fuertes restricciones a la prensa, y la muerte en muy sospechosas circunstancias de el periodista Georgyj Gongadze (por muy sospechosas circunstancias, hablamos de gravaciones clandestinas en las que una voz, al parecer, muy parecida a la Kuchma, alentaba a su primer ministro, Viktor Yanukovich, a acabar con él) fue el detonante de una fuerte rebelión por amplios sectores poblacionales, en lo que se conoció como "La Revolución Naranja", encabezada por Viktor Yushchenko, su asesor Petro Poroshenko y la primera ministra, Yulia Tymoshenko.


Otro detonante de la revolución fue el caso de manipulación de las elecciones de 2004 a favor de Yanukovich, el misterioso envenenamiento de Yushchenko, lo que le provocó severas lesiones dermatológicas en el rostro. Aunque no se relacionó a nadie directamente con ello, si se aceptó que hubo manipulaciones. En la segunda vuelta, el sentimiento de condenación social caía sobre Yanukovich y sus asesores, el cual, se retiró de los comicios, pero, a cambio de reformas en la Constitución Ucraniana (1994) arrebatándole poder al presidente y otorgándoselo al Parlamento ( la Rada Suprema).


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