sábado, 27 de septiembre de 2008

Es una sombra, no, un avión, no, es...¿un rescate quizás?

En periodo preelectoral todo son grandes cambios y paradisíacos futuros económicos. Siempre se han dicho grandes frases que luego, la historia ha desmentido. Ejemplos: “Creo que el éxito en Irak será fácil” (John McCain, 24 Sept. 2002), “Que va a ser la primera vez que un gobierno en democracia devuelve recursos, renta a los ciudadanos, ¡a todos los ciudadanos! Porque el ahorro es de todos y de una manera bien progresista…” (Jose Luis Rodríguez Zapatero, 9 Marzo 2008). Sobre esta última, la verdad, más que una devolución, fue un chiste, al menos, el modo en que se hizo.

Tras el anuncio apocalíptico de Jorge Bush, y su posterior petición de crédito a los países, se comenzó la reunión de discusión sobre la cuantía de este plan, la financiación, la disposición del capital por las empresas…etc. Como bien sabemos, con el anuncio se produjo un repunte extraordinario de todos los índices mundiales. Pero donde hay buenas noticias, gusta ver resultados. Desde el anuncio del plan, no ocurrió nada. Los únicos que lo mencionaban eran los candidatos a la presidencia de la Casa Blanca, alegando propuestas que deberían incluirse en ese plan, u otros procedimientos alternativos al plan en sí.

Para el jueves 25, se estaba elaborando el plan. En principio, el procedimiento del mismo va a ser un rescate de 700.000 millones de dólares (en principio) que se destinarán en dos partidas, la primera conformada por 250.000 mas 100.000 ampliables si fuese necesario, y el resto previa autorización del Congreso. Sobre los criterios que se seguirían para el reparto del capital aún no se ha dado comunicado. Del mismo ya se han suprimido algunas propuestas tales como la de conceder poder a los jueces para alterar los términos de pago de hipotecas y, concedido carta blanca a otras tales como la congelación de los salarios de los directivos de las empresas quebradas.

Así a primeras, esto no es, ni más ni menos, que una inyección gigante de dinero directamente en el tumor del sistema con el que se espera salvar el sistema de una vez por todas. La confianza, al menos en las bolsas, se mantiene (si bien hasta el cierre) por la esperanza en la viabilidad del plan. Pero hemos de preguntarnos que consecuencias tendría esto en el panorama económico internacional. Algunas preguntas que deberíamos elaborarnos: ¿se verán amenazadas las instituciones financieras en Europa por una recuperación milagrosa de grandes púgiles del sector financiero?. ¿Se verán los contribuyentes americanos sometidos a una subida de impuestos tras su aprobación y de las elecciones?. ¿Qué pasará con las empresas que, tras haberse declarado en quiebra, y por las que ninguna otra del sector privado a presentado petición de compra, han sido “nacionalizadas”?.

Si al final, resulta que el plan es inviable, bien porque Estados Unidos no acepte las condiciones o los países extranjeros no estén dispuestos....... ¿qué ocurrirá?, ¿y qué se haría?

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